December 22, 2024
Crónica

Cambio social

  • octubre 17, 2024
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  El futuro pertenece por completo al socialismo Recientemente se cumplió el centenario de la Revolución Socialista de Octubre. Desde entonces se ha escrito, reescrito y contra escrito

Cambio social

 

El futuro pertenece por completo al socialismo

Recientemente se cumplió el centenario de la Revolución Socialista de Octubre. Desde entonces se ha escrito, reescrito y contra escrito de todo, de lo mejor, de lo peor y el que no sabía nada se lo inventaba. El caso es escribir, el que no tiene una opinión, buena o mala, no tiene opinión alguna. Disculpando mi pedantería, creo entender ciertas circunstancias que pasan desapercibidas al común de los comentaristas socio político. Creo que el gran responsable de esa ignorancia no es por la ausencia de conocimientos sino por una pretenciosa propaganda omnipotente y omnipresente que todo lo embadurna y todo lo oscurece.

La Gran Revolución Socialista Mundial

Carlos Marx hablaba desde el principio de la Gran Revolución Socialista Mundial (GRSM), y muy pocos han llegado a comprender la verdadera magnitud del acontecimiento. Acostumbrados a la idea de una revolución puntual, rápida y casi instantánea, no se puede pensar en otra clase o modelo de revolución, es algo que parece imposible, pero no es el caso. Esta revolución no tiene nada que ver con todo lo que ha sucedido, sucede y sucederá. Engels y Lenin hablaron de ella, incluso detallaron comentando su desarrollo en dos fases. La primera, socialista, «de cada cual su capacidad a cada cual según su trabajo», pasaríamos a la segunda, una vez resueltas sus contradicciones, el comunismo, «de cada cual según su capacidad a cada cual según sus necesidades».

Un día de 1966, “Tovarich Breznev” nos sorprendía en el XXIII congreso del partido de la Unión Soviética anunciándonos el logro de que se había alcanzado el comunismo. Apenas una década después un extraño mar de fondo empieza a emerger en la sociedad soviética, en 1977 se aprobaba la nueva y última constitución soviética a bombo y platillo, un nuevo éxito de Leónidas. Es a partir de ese momento cuando se empiezan a enrarecer de una manera más radical la vida política en el campo socialista. No es que fuera siempre una maravilla, podríamos escribir la historia del socialismo soviético contándola por fiascos, salidas de ideología, pero, sobre todo, un nuevo y progresivo proceso de Re adoctrinamiento e inmovilidad del movimiento.

El párrafo anterior requeriría de unos cuantos tomos de investigación política y desarrollo teórico, pero no es este el fin del presente ensayo. Hoy toca centrarnos en una parte del proceso general de la GRSM. Está, como ya hemos comentado arriba, se divide en dos fases. ¿A que obedecen exactamente esas dos fases? Vamos a retomar algo que está muy en boga ahora, aunque tiene una antigüedad de 500 años, lo que los anglosajones denominan globalización, pero que exactamente es, mundialización. Como he dicho, tiene 500 años de antigüedad, exactamente faltarían unos años, para coincidir con la primera vuelta al mundo por la nao Victoria.

La GRSM es precisamente eso, un proceso mundial y diferente a las sucesivas revoluciones regionales que se van produciendo a lo largo del proceso. Un proceso interactivo, donde una revolución mueve a otra y donde, como afirman los grandes teóricos socialistas, cada país debe de encontrar su propio camino al socialismo. Yo diría más, no solo cada país, sino casi cada persona, cada pueblo, cada cultura. Desde el literalmente cañonazo de salida revolucionario, marcado por el crucero Aurora, el mundo entro en un proceso de transformación imparable. ¿Cómo afecta este proceso a las clases sociales? Esta pregunta es clave, sobre todo en

 

¿Por qué es clave? La revolución no es otra cosa que la transformación, en este caso, de la sociedad. Venimos de una sociedad esclavizada por la lucha de clases. Una sociedad dividida y estructurada en clases sociales que condicionan su ser. La construcción del comunismo no es otra cosa que la liquidación de las clases sociales. Ni más ni menos. Por eso, párrafos arriba hacia un comentario crítico al “Tovarich”, no puede haber Comunismo conviviendo con el estado, porque el estado es un instrumento de clase que subsistirá mientras lo haga la división social en clases.

Como afecta la GRSM a las clases sociales. Lo hace de un modo muy peculiar. El objetivo del socialismo consiste en luchar contra el capitalismo por medio de su emulación pacífica. La teoría de Lenin de la coexistencia pacífica y su Nueva Política Económica y la posterior teoría del Camarada Deng, de un país, dos sistemas, no es otra cosa que el motor de la primera fase socialista. El socialismo modifica el modelo económico social, de hecho, en su lucha contra el campo socialista, el propio capitalismo se ve obligado a adoptar políticas de carácter socialista para hacer frente al hecho de las mejoras sociales del campo socialista. Las llamadas políticas socialdemócratas ya tuvieron que aplicarse en parte en la pretendida época dorada de la «belle epoque», por miedo a que se repitiera el suceso de la “Comunne de Paris”. Y prueba de que era una acción correcta fue que apenas se rompió el pacto de no agresión en Europa, el capitalismo pago con la revolución de octubre.

Roosevelt copio el modelo de los planes quinquenales soviéticos para sacar a los EEUU de su bancarrota. Los fascistas copiaban el modelo estatalista de desarrollo para hacer frente a las demandas obreras. El populismo fue creado por el capitalismo como un sistema de contención frente al progreso socialista. Una forma de distraer a las masas populares del camino de la revolución. ¿En que se basaba esta táctica frente a los hechos socialistas? Se basaba en el imperialismo y en el desarrollo de una nueva clase social. En la época de Marx las clases sociales eran, los pobres, el proletariado, el campesinado estratificado, la pequeña burguesía y la gran oligarquía capitalista. Pues bien, esta política capitalista del populismo (despotismo ilustrado, por el pueblo, para el pueblo, pero sin el pueblo), procedió a transformar el esquema de clases de la sociedad.

En primer lugar, las clases sociales de mundializan gracias al imperialismo mundial, la pirámide jerárquica no se limita a cada país, sino que se extiende por todo el planeta, de esa forma la metrópoli acoge a una clase nueva cada vez más privilegiada. La progresiva industrialización del mundo va menguando el campesinado y nutriendo a las clases bajas. Pero también la pequeña burguesía. Se potencia a los empleados cualificados, aumentando las plantillas de trabajadores universitarios que se suman a la clase pequeño burguesa que poco a poco se va proletarizando y dando origen a la tan cacareada clase media.

La clase media es el principal producto de la reciente GRSM y la base de su arrolladora transformación social. Hasta el inicio de la Perestroika, punto final de la primera fase socialista de la GRSM, sobre el año 1987, la clase media no hace más que crecer y expandirse, incluso en los países socialistas. Es precisamente su desarrollo y con él el de su peso en la política social lo que contribuye al desarrollo de la GRSM. Pero ese crecimiento exacerba las contradicciones tanto en el campo socialista como en el capitalista. Se rompe el paradigma revolucionario que marcara Marx, el de la vanguardia revolucionaria proletaria. Eso ya no será más, la revolución surge para cambiar el mundo y de paso cambia las condiciones de su propia existencia, dando así, de esa manera, a un nuevo paradigma actual.

La caída del área socialista enmarcada en el Pacto de Varsovia, no solo supone el fin de una época y de un modelo desviado y obsoleto, sino que también representará la sentencia de muerte del capitalismo, aunque se niegue tozudamente a ello. Para su desgracia los hechos son más tozudos que los humanos. El relevo en el liderazgo de la GRSM de la Unión Soviética a la República Popular de China significa el cambio radical de paradigma. Ya no predomina la lucha político militar sino la socio económica. Se trata de conducir la revolución al terreno de la transformación social irreversible y en este proceso el crecimiento y el desarrollo de la clase media se convierte en el principal motor de la transformación revolucionaria.

El socialismo hace crecer económicamente a los más pobres, con lo que se nutre constantemente a la clase media de millones de nuevos miembros. La lucha desesperada del capitalismo por sobrevivir, arruina a sus clases medias, proletarizando a millones de ex clase media, pero arruinando a lo poco que queda de pequeña y mediana burguesía, alimentándola por arriba. Los países que orbitan alrededor del modelo socialista con emulación capitalista, nutren con millones de nuevos miembros a la clase media internacional, cada vez más poderosa y con más ansias políticas. El capitalismo monopolista de estado e imperialista, se centra cada vez más en una más selecta y limitada oligarquía mundial que cada vez más se convierte en la enemiga mundial de una clase media cada vez más numerosa, más poderosa y con mayores necesidades de políticas afines a sus interese. Intereses que cada vez más coinciden con el modelo socialista.
En estos mismos momentos se esta produciendo un gran dualidad mundial, por medio de la creación de dos grandes sistemas mundiales, el antiguo y decadente imperialismo atlantista y el emergente, poderoso y joven nuevo orden mundial multipolar.

En el terrible pulso entre los dos modelos socioeconómicos, el nuevo lleva todas las de ganar, es solo el esfuerzo del viejo sistema por no rendirse. Podría haber caído hace tiempo pero podrían haber originado una catástrofe mundial. Por eso, el nuevo sistema a optado a invadirlo por dentro, reorganizando sus machacadas clases medias que tarde o temprano harán su acto de fuerza y soberanía y determinarán el final del viejo orden mundial. Luego solo será terminar con los flecos y reconducir el mundo hacia una derrota de facto, pero discreta y desapercibida, disfrazada de suave evolución del viejo complejo mundial.

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